Justo te leo Javier el día de los “muertos”, cuando lo humano abandona lo terrenal y ahora ya trasciende . Si, ya nos hemos “desengañado”, ahora ya sabemos dónde reside lo verdadero, ¿llegaremos a tiempo? .
Hay algo en común en el quejío de tu publicación y en el del flamenco al que haces referencia. Me quedo con ese afán por trascender que no entiende de rendimientos cortoplacistas. Algo trágico y bello. En Unamuno, desde luego. Pero sin duda en Lorca. Gracias.
Tener un ojo puesto en el «ser» del horizonte mientras el otro se enfoca en el «construir» del presente... en mi opinión, el ojo que marca el ritmo es el que mira de cerca, el que nos lleva lejos paso a paso.
Ese «hacer sentir», esa trascendencia ha sido un motor importante para mí, lo que me ha hecho elegir determinados proyectos, y no una trascendencia personal, sino la convicción de poder aportar algo más profundo e importante a las personas para las que diseñamos y construimos. Sin embargo, buena parte de las veces ha resultado ser un espejismo, algo que no resulta rentable ni prioritario y acaba enterrado en backlogs y presentaciones. Comprensible, pero no por ello sin cierto regusto amargo, porque aflora la pregunta: si el hacer ya no nos pertenece, ¿qué quedará?
Qué agudo lo que dices, Iván: "buena parte de las veces ha resultado ser un espejismo, algo que no resulta rentable ni prioritario y acaba enterrado en backlogs y presentaciones". Pero y sí simplemente elegiste (elegimos) mal las batallas. O no, ¿y sí somos quienes abonan el terreno para los siguientes?
Hace unos meses, un alumno dijo en clase: "quizás, en unos años, miremos a las GUIs y las veamos como una tecnología de transición entre lo físico y lo verdaderamente digital". La frase me pareció muy aguda, por lo de las GUIs, pero me dejo pensando más aún en la idea de ser transición, no inicio o fin, como nos parece a menudo.
Incorporando “universos de significado” a mi vocabulario en 3, 2, 1…
Justo te leo Javier el día de los “muertos”, cuando lo humano abandona lo terrenal y ahora ya trasciende . Si, ya nos hemos “desengañado”, ahora ya sabemos dónde reside lo verdadero, ¿llegaremos a tiempo? .
Qué placer leerte siempre. Melodía encadenada.
¿Llegaremos a tiempo? Yo creo que sí, solo algunos. Y no de la forma que imaginamos. Siempre pasa.
Gracias, Isabel.
¡Qué bueno y cuánta verdad! Gracias Javier por escribir con tanto acierto.
Gracias a ti, Samuel, por atender a lo que este cascarrabias dice de vez en cuando 😅
Hay algo en común en el quejío de tu publicación y en el del flamenco al que haces referencia. Me quedo con ese afán por trascender que no entiende de rendimientos cortoplacistas. Algo trágico y bello. En Unamuno, desde luego. Pero sin duda en Lorca. Gracias.
Tener un ojo puesto en el «ser» del horizonte mientras el otro se enfoca en el «construir» del presente... en mi opinión, el ojo que marca el ritmo es el que mira de cerca, el que nos lleva lejos paso a paso.
Ese «hacer sentir», esa trascendencia ha sido un motor importante para mí, lo que me ha hecho elegir determinados proyectos, y no una trascendencia personal, sino la convicción de poder aportar algo más profundo e importante a las personas para las que diseñamos y construimos. Sin embargo, buena parte de las veces ha resultado ser un espejismo, algo que no resulta rentable ni prioritario y acaba enterrado en backlogs y presentaciones. Comprensible, pero no por ello sin cierto regusto amargo, porque aflora la pregunta: si el hacer ya no nos pertenece, ¿qué quedará?
Qué agudo lo que dices, Iván: "buena parte de las veces ha resultado ser un espejismo, algo que no resulta rentable ni prioritario y acaba enterrado en backlogs y presentaciones". Pero y sí simplemente elegiste (elegimos) mal las batallas. O no, ¿y sí somos quienes abonan el terreno para los siguientes?
Hace unos meses, un alumno dijo en clase: "quizás, en unos años, miremos a las GUIs y las veamos como una tecnología de transición entre lo físico y lo verdaderamente digital". La frase me pareció muy aguda, por lo de las GUIs, pero me dejo pensando más aún en la idea de ser transición, no inicio o fin, como nos parece a menudo.